Metabolismo en tiempos de guerra

Desde una misma Alemania convulsa ante el avance imparable del fascismo, dos investigadores partirían exiliados hacia distintos puertos: Hans Krebs arribaría a la cercana Inglaterra, mientras Fritz Lipmann cruzaba el océano hacia Estados Unidos. Ambos caminos confluyeron en la descripción bioquímica del proceso central del metabolismo celular, un ciclo de reacciones que llevaría el nombre de Krebs. Huyendo también del fascismo, pero esta vez de su versión italiana, Rita Levi-Montalcini convirtió una estancia de un semestre en Washington en 30 años de exitosa carrera y el descubrimiento del factor de crecimiento neuronal. De neuronas y cómo se comunican entre sí, otro exiliado alemán llamado Bernard Katz desgranó los mecanismos sinápticos, gracias a su acogida en el University College de Londres. Finalmente, el fascismo mantendría también alejado de su España natal a un Severo Ochoa que, también desde Estados Unidos, sentaría las bases para entender nada menos que la síntesis de ácidos nucleicos. Cinco exiliados, cinco historias vitales unidas por el dolor de la huida y una curiosidad sin fronteras. Su acogida nos regaló cinco pilares para entender nuestra biología.

Obra por Juanma Buah!