Edward Teller

1908 - 2003

Física

Edward Teller

1908 - 2003

Física

El padre de la bomba H

Edward Teller (15 de Enero 1908, Budapest, Hungría – 9 Septiembre 2003, Estados Unidos) ligó su nombre a la historia por sus muchas contribuciones en el campo de la física nuclear, siendo especialmente conocido por el desarrollo de la bomba de hidrógeno.

Nacido en Hungría, entonces aún parte del Imperio austrohúngaro, Teller conoció de primera mano los abusos de los regímenes comunistas y fascistas con Béla Kun y Miklós Horth, desarrollando una profunda aversión a la tiranía del poder. Estudiante de química y apasionado de las matemáticas, pronto se interesó por la teoría atómica. Así, después de doctorarse por la Universidad de Leipzig se unió a la Universidad de Göttingen para continuar con sus investigaciones sobre mecánica cuántica.

Pero siendo un científico de origen judío, el ascenso del nazismo y su posterior expansión por Europa hacían imposible su permanencia en Alemania. Emigró primero a Copenhague, donde trabajó con Niels Bohr, más tarde a Inglaterra y finalmente, ya en 1935, a Estados Unidos, donde se estableció como profesor de física en la Universidad George Washington y obtuvo la nacionalidad estadounidense.

Edward Teller en la universidad de Stanford

Ante la amenaza de la Alemania nazi, Teller acompañó  a su compatriota Leó Szilárd a visitar a Albert Einstein para que este firmara una carta dirigida al presidente Roosevelt en la que le sugería la creación de un programa nuclear estadounidense. Einstein, habiendo él mismo huido también de Alemania, firmó.

Hitler y Mussolini, con sus políticas de limpieza racial y totalitarismo, forzaron a emigrar a muchos científicos brillantes que acabaron uniendo su esfuerzo y talento para luchar contra él, como Enrico Fermi, Rita levi-Montalcini, Emilio Segrè, Hans Bethe, el ya mencionado Leó Szilárd y John von Neumann, entre otros. De ese modo, en 1942, Edward Teller fue invitado a formar parte del Proyecto Manhattan en Los Alamos, Nuevo México, en el que los aliados se esforzaban en crear las primeras armas nucleares.  En 1945, cuando la bomba atómica fue una realidad, las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki fueron arrasadas.

Sin embargo, Teller creía en la construcción de otra bomba aún más potente basada en la fusión de átomos ligeros: la bomba de hidrógeno. Las conversaciones con el físico Enrico Fermi, el hecho de que los soviéticos hubieran detonado también  su propia bomba atómica y el afán de ganar la carrera armamentística convencieron a Teller de la necesidad de crear esa superbomba para preservar la seguridad nacional. Finalmente, aunque con opiniones contrarias, el por entonces presidente Truman dio luz verde a seguir avanzando con el programa nuclear, incluyendo la bomba de hidrógeno.

Ilustración de Bárbara de la Garza para Ciencia de acogida.

Con la colaboración del matemático polaco Stanislaw Ulam, la primera bomba-H fue detonada en el Océano Pacífico en 1952.

Controvertido y polémico, Teller fue durante toda su vida un defensor de las armas nucleares, vistas como necesarias para mantener la paz. Eso le granjeó ciertos enemigos entre la población y sus propios colegas. Sin embargo, a pesar de las consecuencias de sus logros teóricos en física nuclear, no se puede negar su relevancia en el transcurso de los acontecimientos que conforman nuestro presente.