La medicina también sufrió el letargo inducido por la victoria del régimen franquista. Por un lado, el parasitólogo y diputado en las Cortes de España Gustavo Pittaluga fue quien describió la forma endémica de la leishmaniasis en España y quien dedicó su vida al estudio de epidemias de cólera, paludismo y otras enfermedades infecciosas. Tras la Guerra Civil se exilió en Cuba y renunció a la petición de Franco de regresar a España. Fundó la revista Archivos de cardiología y hematología junto al médico Luis Calandre Ibáñez, a quien debemos la introducción en España de las modernas técnicas de cardiología. Durante la contienda es responsable del Hospital de Carabineros, motivo por el cual es condenado a seis años y un día de cárcel por el régimen franquista e inhabilitado durante cinco años por el Colegio de Médicos. Como histólogo fue director del laboratorio de Anatomía Microscópica de la Residencia de Estudiantes y contribuyó notablemente al estudio de la estructura del corazón.